Pedagogía del moco

Durante los últimos años de mi vida me he considerado una gran amante y odiadora de las rutinas. Sí, al mismo tiempo.  
Amo las rutinas: me organizan, me ordenan, me hacen ver con claridad las tareas que tengo que llevar por delante. No puedo comenzar mi semana sin una lista de tareas y horarios. 
Pero, ¿saben qué? También odio las rutinas. Me aburro con facilidad, necesito actividades espontáneas, sorpresas, novedades, algo que sacuda un poco la semana y rompa con la estructura. 

En mi labor docente me considero muy estructurada. No lo admito con orgullo, es algo que me cuesta mucho modificar. A veces la estructura me ha ayudado en muchas situaciones pero en muchas otras me termina perjudicando porque no logro relajarme y ante el mínimo error, me estreso y estreso así a les niñes. 

Es por esto que el relato "Pedagogía del moco" me hizo reflexionar. En este relato se da el ejemplo del momento de limpiarle los mocos a un niñe, una acción que en el día a día tenemos tan mecanizado. Vemos a un niñe con mocos, nos levantamos, buscamos un pañuelito y le limpiamos sin pedir permiso. 

(Y así, todas las veces que sean necesarias... Y ni te digo en invierno)

No es la primera vez que me cuestiono y reflexiono sobre estas prácticas estructuradas y rutinarias que solía tener dentro de la sala (en tiempo pasado ya que este año no tuvimos la oportunidad del contacto con los niñes). 

Durante la cursada de Taller 3, que realicé en la virtualidad, hemos leído varias bibliografías, reflexiones y textos sobre la práctica docente y las acciones que realizamos de forma rutinaria sin detenernos un segundo a pensar en que estamos interactuando con seres humanos. Estamos interactuando con otra persona, otra persona que necesita sus tiempos, sus momentos, otra persona que siente, que necesita ser respetada, que necesita ser tratada con cuidado. 

Agradezco mucho poder reflexionarme estas cuestiones. ¿Podré cambiarlo de un día para el otro? Seguro que no, pero ya el comenzar a reflexionar estas prácticas me parece un paso gigantezco. Lamentablemente me hubiera encantado volver a las salas este año para empezar a detenerme a pensar sobre mis acciones y pensar las mejores decisiones para los niñes, para su integridad y su crecimiento.

Nunca es tarde para comenzar a cuestionar y modificar nuestras prácticas docentes. 

No puedo esperar para comenzar de nuevo...


Comentarios

  1. Muy buen aporte María Sol! Este texto que escribiste, tiene muchos rasgos de los relatos pedagógicos, tal vez, sin intención de que así sea. Quería sugerirte que rescates algo de este texto para tu relato y lo combines con la clase 1 y alguna experiencia vivida.
    Muy interesante la reflexión respecto de las rutinas y cómo te involucrás desde tu propia vivencia, sentir, accionar, en estas situaciones desde un lugar verdadero y con posibilidad de repensar, desnaturalizar, acompañar, transformar. Bravo!
    Cariños, Prof. Mariana Baraldini

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